El logotipo del hambre
Marzo de 1993. Ayod. Sudán. El fotógrafo Kevin Carter toma una de las fotos más famosas de la historia, publicada en el New York Times y premio Pulitzer de 1994. La foto supuso una avalancha de chismorreo y sensacionalismo que acabó por hundir su carrera, que no su vida. La discusión sobre el papel del fotógrafo en la noticia desvirtuó el verdadero problema. La hipocresía de los que miran sin actuar y critican sin conocer con prejuicios de sofá. Carter se suicidó por otros problemas sin llegar a saber cuál fue su verdadero error. La niña era la protagonista y se convirtió en actriz secundaria… y no sería la última vez. Primera década siglo XXI. Una foto anónima, que vuelve a destapar el debate sobre el papel del periodista sobre la historia. Una postura que evoca viejos buitres olvidados pero que deja más incógnitas aún que la de Carter. ¿Gaza? ¿América Latina? Una imagen que circula anónimamente por internet desde hace lustros como comodín del catecismo del hambre, sin citas, sin fuentes, como adjetivo de la pobreza anónima o mascota de Unicef. Parece que a nadie le importa de nuevo: ¿Quién es ese niño? Fuente, 2.
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